El pasado sábado, Isidoro Gambín inauguraba en el Palacio del Mayorazgo la exposición permanente que la Delegación de Cultura ha denominado Sala de la Memoria, en una estancia de esta sede municipal, en honor de todos aquellos arcenses que fueron represaliados por los adeptos del golpe de Estado de 1936 y en los años posteriores, ya en la Dictadura franquista.

El Alcalde señalaba que «necesitamos recordar para que no se vuelvan a repetir estos hechos, aquellas barbaridades que se cometieron». Por su parte, la delegada de Cultura, María Macías, explicaba la iniciativa calificando este espacio como un lugar para «la luz, la dignidad y la verdad». Al tiempo, agradecía a la Diputación de Cádiz la colaboración para su puesta en marcha.

El público asistente ha podido escuchar los argumentos ofrecidos por el historiador arcense Antonio Ortega, involucrado en el proyecto, y especialista en materia de memoria histórica y democrática. El mismo, incidía en su tesis de que en Arcos no hubo Guerra Civil como tal (ya que no hubo enfrentamiento armado entre bandos); sino la constatación del levantamiento militar y una represión feroz con el objetivo claro «de exterminar a todos aquellos identificados como de izquierdas, en general, hombres», aunque ha señalado que las mujeres de las familias con represaliados eran también perseguidas con la humillación, la ingesta de aceite de ricino y el rapado del cabello. Además, se condenaba al ostracismo a los cientos de vecinos de Arcos que habían sido fusilados, alistados a la fuerza en el ejército de Franco, encarcelados, o exiliados, convirtiendo sus desapariciones en un tema tabú. Ortega sostiene que, a día de hoy, hay un centenar de arcenses que siguen desaparecidos, sin saberse dónde están enterrados.

La conferencia se ha visto acompañada de las emotivas canciones de la cantautora Lucía Sócam. Los hermanos Ruiz Álvarez y David Botejara han puesto su voz también en este acto cantando un sentido pasodoble en recuerdo de los represaliados.

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