El pasado 1 de abril entró en vigor la nueva ley de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario. El objetivo de esta ley es reducir las pérdidas de alimentos a lo largo de las cadenas de producción y suministro y de los residuos alimentarios en la venta minorista y de consumo para 2030. Esta semana hemos hablado de este tema en el espacio ‘Consumo Responsable’.